lunes, 12 de octubre de 2009

Confundidos (II)

Confunden visión con televisión y la tele con una opción.
El consumo con los insumos.
Doctrina con dogma, al dogma con el fanatismo, al fanatismo con la fe y la fe con la fuerza (que es precisamente su contrario).
El paradigma con el estigma.
Confunden la quietud con la paz, la paz con la pereza.
Confunden a su puñado de amigos, enemigos, conocidos, usando la frasecita todo el mundo y alzan el dedito, satisfechos, saben, ellos del mundo, TODO.
Confunden las artes con los artistas, los artistas con los medios, los medios con los enteros.
Lo idéntico y lo parecido…lo obtenido y lo merecido…lo precioso y lo apreciado.Lo propio y lo prestado.
Piden a los santos, a los muertos a un dios de mostrador, a los políticos, los ricos, los parientes; confunden la esperanza en su ganancia.
Creen que puede haber luz sin sombra, virtud sin vicio, verdad sin ambages, amor con garantías…son los creyentes de un horizonte corto que termina a sus pies y sin embargo, les queda lejos…lejos (porque también confunden, la topografía con la geografía y la filosofía con la palabrería).
Embrollan el derecho con las obligaciones, el soborno con las convicciones…
El reloj con el tiempo, el tiempo con la historia, la historia con su memoria.
Confunden el matrimonio con el patrimonio, el médico con la cura, la ciencia con la conciencia.
Defienden cualquier cosa que aparezca en su manual de ignaros, prejuicio o pánico y a todo eso o aquello que defienden le llaman YO.
Confunde la tara y el tarado, la puta y el que paga, la flor con la maceta…
Son los dueños de las generalizaciones, los dictadores de entrecasa, del trabajo, del club, de la república…les gusta definir, limitar, precisar; confunden su miedo con el alambre y al alambre con el ferretero y, sobre todo, con el portero, ése, que no dejar pasar a nadie al pensamiento.
Confunden lo que digo con lo que le dijeron, la audición con la interpretación.
Y, de tanto confundirse, se vuelven transparentes falsarios de sí mismos, perritos de la duda, razón de propagandas…
Y un día, a casi todos, se les acaba el tiempo, el parecer, las ganas de joder y de joderse y entonces se confunden con la muerte y dicen su frase verdadera: NO SÉ, NUNCA SUPE, YA NO SABRÉ.

(Publicado en El Diario del Centro del país,Villa María,Cba)

2 comentarios:

  1. LLevo 6 leídas al texto y cada vez encuentro un mensaje o significado diferente.
    Brillante sólo agregar eso.

    Saludos

    Gonzalo

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  2. De confusiones y martirios podrían acicalarse tanto premio proscrito. A la muestra un botón, tan cercano el ejemplo y seguramente el olvido, aquellos que de sangre se untan por doquier y de interevenciones se abanderan a nombre de la "paz".
    Alejandro, emancipas las entrañas y generas lo que se necesita..
    Un abrazo grandísimo, fuerte como tus letras e intenso como los lazos que se construyen dia a dia en medio de tus textos.
    Sofía

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